martes, 16 de septiembre de 2008


"Vida y obra de Yolanda Watson" - Última parte.
Leonard abandonó su oficio de depilador y, junto con Yolanda, continuaron con el negocio de la tintorería hasta que se jubilaron. En 1956, y luego de recorrer el país a bordo de una Citroneta que habían ganado en un torneo de tiro al pichón, decidieron instalarse nuevamente en Philadelphia para estar más cerca de su hijo Roderick, quien para ese entonces estaba casado y tenía tres lindas niñas: Caroline, Tiffany y Helga. La noche del Día de Brujas de 1957, Yolanda murió de un bobazo luego de que su pequeña nieta Helga se le apareciese por sorpresa con una peculiar careta al grito de "¡¡¡Dulce o truco, abuela Yoli!!!"
Fin.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Algo trágico tenía que ocurrir. Se rumorea que en el momento del deceso Yolanda estaba bajo los efectos del Ácido Lisérgico (sustancia legal en aquellos años) , la cual le potenció el susto. Una lástima realmente, pero así mueren las celebridades.

nicolás durruti dijo...

vida gloriosa.

una vida de excesos siempre termina mal.

Anónimo dijo...

pobre Helgaa!!!

besooo