
- Eduardo, dejate de embromar. No podés seguir escondiendolo en el sótano toda la vida. Tarde o temprano tu mujer se va a enterar de tu aventura con la chimpancé de la feria.
- ¡Pero no digas pavadas, Rubén! ¿No ves que salió igual a la madre? Y ahora callate que le tengo que dar el Nestum antes de que llegue Helena.
- ¡Pero no digas pavadas, Rubén! ¿No ves que salió igual a la madre? Y ahora callate que le tengo que dar el Nestum antes de que llegue Helena.
1 comentario:
Jajajajaja... y el simio pone esa cara de inocencia...
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