miércoles, 1 de octubre de 2008


- Eduardo, dejate de embromar. No podés seguir escondiendolo en el sótano toda la vida. Tarde o temprano tu mujer se va a enterar de tu aventura con la chimpancé de la feria.

- ¡Pero no digas pavadas, Rubén! ¿No ves que salió igual a la madre? Y ahora callate que le tengo que dar el Nestum antes de que llegue Helena.

1 comentario:

Corven Icenail dijo...

Jajajajaja... y el simio pone esa cara de inocencia...