De pronto estaba ahí, parado en el patio de su escuela primaria. Había regresado a séptimo grado. Buscó con la mirada caras conocidas para corroborarlo y era así, nomás. Reconoció a chicos del cuarto grado, del sexto y entonces decidió enfilar para el aula del séptimo grado, su aula, que se encontraba en el fondo del patio, junto al aula de Plástica.

"Momento", pensó mientras se dirigía al salón. "No puedo aparecerme así nomás. No tienen que darse cuenta de que vengo del futuro"

Y así entre pensamientos llegó a la puerta del aula. No se animó a entrar de una, sino que primero decidió asomarse por la puerta y espiar. Ahí estaban todos sus compañeros reunidos en torno a una fotografía; incluso llegó a verse y a escucharse a él mismo, aunque de manera fugaz. La emoción lo llevó a entrar repentinamente al salón ante la mirada atónita de su mejor amiga, la de ahora, que cumplía el rol de maestra. Todos los chicos se acomodaron y lo miraron con atención. Percibió que en cualquier momento podía descubrirse la verdad. Tenía que inventar algo.

"Buenos días, soy el que vengo a dar la charla" dijo mirando hacia la maestra. Ella lo miró un tanto sorprendida, pero no emitió palabra. Y casi sin pensarlo comenzó su discurso.

"Hola chicos, ¿saben a qué me dedico yo?" No hubo respuesta por parte de los alumnos, aunque él tampoco la esperaba, ya que prosiguió rapidamente.

"Yo soy un director de películas Serie B. ¿Alguno de ustedes sabe lo que es el cine Serie B?" Ahora sí puso un tono de pregunta y comenzó a mirar a los chicos a ver quién se animaba a responder.

De pronto, una chica a la que no pudo reconocer (pero que le hizo acordar a Lisa Simpson) levantó la mano y dijo:

"Mmm...¿Terminator?"

"Emmm...No. Eso no es cine Serie B", respondió secamente.


Fin.