A Matilde no le daría tanta felicidad la sonrisa de un niño si supiese que en unos segundos va a tener una batidora incrustada en su ojo derecho. Juancito en cambio sí tiene un buen motivo para estar feliz. Qué loca es la felicidad, ¿no?
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1 comentario:
Los niños vienen cada vez mas resueltos y determinados.
brindo por eso.
apologia -not
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